En la Segunda Guerra Mundial, la motocicleta tuvo una gran importancia estratégica. Era el medio de transporte ideal para llevar rápidamente comunicados entre el frente y la retaguardia. Además permitía superar casi cualquier obstáculo que se encontraran en su camino además de servir de escolta o avanzadilla.
Pero los soldados encargados de conducir las motocicletas necesitaban ser todos unos expertos. No solo a nivel militar sino también debían tener conocimientos avanzados de mecánica para poder reparar las motocicletas además de ser capaz de conducir por cualquier terreno. Y con motos cuya aptitud offroad era más bien limitada.
En el vídeo podemos ver cómo se entrenaba el ejército canadiense para cumplir su cometido. En este caso las motos utilizadas eran las Norton 16H, unos modelos que ya estaban al final de su vida pero que gracias a su enorme fiabilidad y facilidad a la hora de reparar, se convirtieron en los mejores aliados.
Posteriormente y ante la imposibilidad de Gran Bretaña a la hora de suministrar motocicletas, el ejército canadiense también utilizó Harley-Davidson WLA especialmente adaptadas a sus necesidades. Impresiona ver por dónde son capaces de subir y desplazarse sobre motos arcaicas y con muy poca capacidad de absorción de irregularidades.
Sin duda eran unos grandes pilotos… y soldados.