El frío produce un alto desgaste en varios materiales. Las motos no son diferentes, y cuando tienen que enfrentarse a temperaturas extremadamente bajas, e inclemencias del tiempo como lluvia y heladas, también sufren las consecuencias.

Cuidado con los neumáticos
Mucha gente, tiene dos pares de neumáticos, los de invierno y los de verano para irlos intercambiando según la época. Si no dispones de este tipo de ruedas, lo mejor será que revises a menudo la presión de las mismas, ya que con el frío tienden a perderla, lo que puede ser peligroso a la hora de circular y encima les producirás un desgaste más elevado.
Revisa bien los frenos
Es bien conocido que cuando el pavimento se encuentra extra deslizante, es indispensable aumentar la distancia de frenado, ya que la moto, necesitará de más metros para hacer una parada eficaz. La nieve, el hielo y la lluvia son de las circunstancias más habituales que provocan que la carretera esté más resbaladiza. Es importante revisar el sistema de frenos antes del invierno para asegurarnos de que todo funciona correctamente.
Baterías descargadas
Otro daño típico del frío es la descarga de las baterías. Lo mejor que puedes hacer, es asegurarte de que la tienes bien recargada al comenzar la estación de invierno, tampoco está de más aplicarle a los bornes los productos necesarios para que no se acumulen depósitos que no los dejen funcionar correctamente.
No descuides la iluminación
El invierno está asociado a menos horas de luz solar. En función de por dónde conduzcas, es posible que las carreteras estén bien iluminadas, sin embargo, es importante que no descuides esta parte del coche. Poder percibir los obstáculos y las señales a tiempo, será clave para evitar accidentes cuando la carretera no se encuentre en las mejores condiciones. Asegúrate de que todas tus luces funcionan correctamente, sobre todo las antiniebla.
Atención con los líquidos
Los líquidos en general, y los de las motos en concreto, sufren variaciones cuando se someten a bajas temperaturas. Igual que el agua se congela al bajar de cero grados, el aceite o el líquido de frenos también sufren cambios, volviéndose más densos, lo que dificulta su distribución. Si quieres asegurarte de su correcto funcionamiento, enciende la moto y mantenla encendida durante unos minutos antes de arrancarla.
La mejor opción
Estacionar la moto en la calle tiene sus consecuencias, incluso cuando vives en una zona en la que no hace frio de forma habitual. Los cambios de temperatura, la lluvia y el polvo, pueden afectarla negativamente. Para cuidar tu moto al máximo te recomendamos que, en la medida de lo posible, tengas con qué protegerla, ya sea teniendo un parking cubierto dónde dejarla, o al menos, con una funda protectora que la resguarde de todas estas situaciones.
Sigue estos consejos y mantén tu moto en óptimas condiciones para los próximos meses de frío.