La movilidad eléctrica se perfila como una alternativa clave para reducir costos en el delivery, permitiendo a los repartidores en Perú ahorrar hasta S/ 5,000 al año frente al uso de motos a gasolina.
El alto precio de la gasolina ha convertido al combustible en uno de los principales gastos para los repartidores peruanos, quienes recorren largas distancias todos los días. En este contexto, el uso de motos eléctricas para delivery comienza a transformar la economía de miles de trabajadores, ofreciendo una opción más eficiente y sostenible sin afectar su ritmo de trabajo.
Un repartidor promedio recorre entre 100 y 150 kilómetros diarios. Con una moto a gasolina, este recorrido implica un gasto anual que puede oscilar entre S/ 4,800 y S/ 6,480 solo en combustible. En contraste, una moto eléctrica requiere apenas unos soles diarios en consumo de energía, reduciendo el gasto anual a un estimado de S/ 720 a S/ 1,080. Esto se traduce en un ahorro directo de hasta S/ 5,000 al año, una diferencia clave para quienes dependen del delivery como ingreso principal.
El ahorro no se limita al combustible. Según explicó Ariel Revollo, Co-Founder & CEO de Mobi Latam, las motos tradicionales demandan mantenimiento frecuente, como cambios de aceite, filtros y bujías. En cambio, las motos eléctricas eliminan la mayoría de estas piezas, reduciendo los costos mecánicos hasta en un 70 %, ya que el mantenimiento se centra principalmente en frenos y neumáticos.
La diferencia se vuelve aún más evidente al analizar el uso a mediano plazo. En un periodo de cinco años, un repartidor que utiliza una moto a combustión puede gastar entre S/ 28,000 y S/ 38,000 en combustible y mantenimiento. Con una moto eléctrica, ese monto se reduce a S/ 5,400 – S/ 7,200, generando una brecha de más de S/ 20,000. Este ahorro acumulado puede significar una mejora sustancial en la calidad de vida, desde invertir en un emprendimiento hasta financiar estudios o mejorar la vivienda.
Si bien el precio inicial de una moto eléctrica aún representa una barrera para muchos trabajadores, en el mercado peruano han surgido modelos que facilitan el acceso a esta tecnología. Bajo este esquema, los repartidores pagan una cuota mensual que incluye la moto, el seguro, el mantenimiento y el acceso a baterías cargadas, eliminando la necesidad de una gran inversión inicial.
La transición de la gasolina a la electricidad ya no es una tendencia lejana, sino una oportunidad real de ahorro para los repartidores en Perú. Con menores costos operativos, menos mantenimiento y nuevas alternativas de acceso, las motos eléctricas para delivery se consolidan como una solución económica y sostenible que impacta directamente en el bolsillo de quienes viven de recorrer la ciudad todos los días.
