Sam Sunderland cuenta actualmente con dos victorias en la prueba de motociclismo más dura del planeta, el Dakar, y habló de lo diferente que es ganar la competición y de que ninguna otra le da la misma sensación, además de subrayar el intenso impacto y la libertad que siente cuando conduce por el desierto.
El británico comenzó recordando, en conversación con su equipo, la victoria en 2022 en la competición y reveló que, tras conseguir la victoria final, ninguna otra victoria sabe lo mismo: «Ganar el año pasado fue muy bueno. Me llevó cinco años ganar por primera vez en 2017. Una vez que ganas, nada más sabe igual».
Luego habló sobre el cambio de equipo y sobre cómo el objetivo es intentar evolucionar: «Ha estado muy bien. Cambiemos de color antes del Dakar, de la KTM a la GASGAS y, obviamente, con el equipo hemos estado desarrollando la moto durante todo el año para intentar mejorarla».
Luego, Sunderland habló sobre la libertad que siente en el desierto cuando conduce, y que esta sensación de libertad no tiene parangón, especialmente si se compara con cuando está en un circuito tradicional:
– En términos de conducción, será conducir por las dunas porque es la máxima libertad. En la pista es como si estuvieras «atrapado» en el confinamiento de esa pista. Estás en una pista que va «en esta» dirección y ahí es donde tienes que ir durante el Dakar cuando vas a las dunas, y tienes a alguien detrás de ti… Tienes que «volver», tienes que seguirlo, pero es un poco como… vas a donde quieras. Dónde está la línea más rápida y esa es la última sensación de estar bien para mí, vas donde quieras y aun así me gusta mucho.