En la intersección entre la fe y la cultura motera se viven historias inesperadas que capturan la atención del mundo. Lo sagrado y lo profano se encuentran cuando el rugido de un motor acompaña a la solemnidad de la Plaza de San Pedro. Así ocurrió recientemente, cuando el Papa León XIV protagonizó una escena inolvidable: sobre dos ruedas, rodeado de motociclistas, bendiciendo no solo una máquina, sino también un gesto de solidaridad que recorrerá kilómetros más allá de Roma.
El regalo de los Jesus Bikers
El 3 de septiembre de 2025, la Plaza de San Pedro en el Vaticano fue escenario de un hecho singular. Los Jesus Bikers, un club de motoristas cristianos originarios de Alemania, irrumpieron en la audiencia general con un obsequio fuera de lo común: una BMW R?18 blanca personalizada con detalles papales. La moto, diseñada por la empresa Witzel, llevaba inscrito el nombre del Pontífice y el escudo de la Santa Sede.
El Papa León XIV no se limitó a recibir el presente. En un gesto cargado de simbolismo, se sentó sobre la moto, la bendijo y la firmó, desatando una ola de emoción entre los fieles presentes y miles de espectadores en todo el mundo que vieron las imágenes difundidas.
Más que un regalo: una causa
La motocicleta no quedará en el Vaticano. El plan de los Jesus Bikers es subastarla el 18 de octubre en Múnich, y destinar lo recaudado a proyectos de Missio Austria. En específico, los fondos financiarán la construcción de una escuela en la diócesis de Ihosy, Madagascar, donde muchos niños son víctimas de explotación laboral en minas de mica. Según el padre Karl Wallner, director nacional de Missio Austria, este gesto busca “restaurar la dignidad de los más pobres entre los pobres”.
Un Papa cercano a los moteros
Aunque León XIV no es conocido por haber sido un motociclista en su juventud, su papado ha mostrado una cercanía notable con el mundo de las dos ruedas. Cabe aclarar que algunos de los gestos más recordados en torno a las motos corresponden a su antecesor, el Papa Francisco, quien recibió y bendijo varias motocicletas en distintas ocasiones. No es la primera vez que un Pontífice recibe este tipo de presentes:
- En 2013, durante el 110.º aniversario de Harley-Davidson, bendijo cientos de motos en San Pedro y donó una Harley firmada que fue subastada para obras de caridad.
- En 2015, jóvenes mecánicos de una escuela salesiana en Turín le regalaron una moto vintage restaurada, símbolo de unión entre generaciones.
- En 2018, el club “Vespa nel tempo” le obsequió una Vespa clásica de 1971, personalizada con sus iniciales y el escudo papal.
- En 2024, entre bromas y confidencias, llegó a decir: “mi moto ha envejecido y no funciona bien”, en referencia al ritmo acelerado de su labor.
Estos episodios muestran que, sin ser un motero de corazón, el Papa mantiene un vínculo especial con la comunidad biker, que lo reconoce como un referente de sencillez y cercanía.
Fe, cultura y solidaridad sobre ruedas
El gesto de los Jesus Bikers trasciende el espectáculo visual de ver al Papa sobre una BMW R18. Representa la convergencia de tres mundos: la fe que bendice, la cultura motociclista que entrega y la solidaridad que construye futuro. La subasta de octubre no solo será un evento motero, sino una oportunidad para transformar vidas en Madagascar.
Historias como esta demuestran cómo la pasión por las dos ruedas puede ir más allá de la carretera, convirtiéndose en un vehículo de esperanza. El Papa sobre una moto blanca quedará como una de las imágenes más simbólicas de 2025, recordándonos que incluso el rugido de un motor puede llevar un mensaje de paz y fraternidad.