El desafío
Cuando Honda Perú anunció su primera jornada Honda Adventure, pocos imaginaban que el destino sería el imponente Abra Tres Cruces, una travesía de más de 375 kilómetros y 15 horas de conducción a través de asfalto, tierra, barro y riachuelos. El reto se volvió aún más interesante al hacerlo con la Honda CL500, una scrambler pensada para el ámbito urbano, pero que en esta ruta demostró una versatilidad sorprendente.
Todo comenzó a las 5:30 de la mañana, en la estación de servicio Primax de Armendáriz, punto de encuentro de un grupo de diez motociclistas acompañados por la camioneta de apoyo técnico de Honda. A la cabeza de la caravana iba el experimentado Ricardo Coronel Zegarra, sobre su Transalp 750, quien guió al grupo a través de una ruta exigente y espectacular.
En la carretera
La CL500 mostró desde el inicio una personalidad firme y segura en carretera. Su motor bicilíndrico respondió con soltura durante los rebases, incluso a altas velocidades, transmitiendo total confianza.
En un tramo particularmente angosto, un autobús cerró el paso a la caravana, obligando a una frenada de emergencia. El ABS de la CL500 actuó con precisión, evitando cualquier contratiempo y confirmando la seguridad del conjunto.
El verdadero camino
Pasado el tramo de asfalto, el ascenso por las ruinas de Omas marcó el inicio del verdadero desafío: caminos destapados, barro y cruces de agua. Allí, la suspensión de la CL500 fue clave para mantener el ritmo junto a las NX500, CB500X, CRF y hasta una XRE 2014 que formaban parte de la ruta.
Las llantas doble propósito se adaptaron a la perfección, y aunque la moto terminó del mismo color que el polvo del camino, la diversión fue total.
En medio del trayecto, un compañero sufrió un pinchazo en su llanta, pero el equipo técnico de Honda reaccionó de inmediato. A pesar de los intentos por repararla —la llanta ya había soportado varios pinchazos previos—, finalmente fue necesario subir la moto y al piloto a la camioneta de emergencia. Nadie quedó atrás: todos continuamos juntos hasta la meta.
Abra Tres Cruces: el premio
La llegada al Abra Tres Cruces fue el punto culminante de la jornada. Desde lo alto, la vista de los nevados y el silencio del altiplano recompensaron cada kilómetro recorrido. Llegar hasta allí con una scrambler urbana dio un sentido de satisfacción único, una prueba viva de la capacidad de la CL500 más allá del asfalto.
El descenso hacia Quinocay presentó el tramo más técnico: curvas cerradas y terreno irregular que pusieron a prueba el freno motor y la estabilidad de la moto. Ya en terreno plano, el grupo redujo la velocidad, sintiendo el cansancio acumulado de más de 15 horas de manejo.
El regreso
Cuando finalmente alcanzamos el asfalto, la sensación fue de alivio y celebración. La CL500 retomó la velocidad con soltura, y al caer la noche, su faro LED se convirtió en el protagonista, iluminando el camino con una claridad sorprendente.
Llegamos a Lima exhaustos, pero con el corazón ligero. La primera Honda Adventure no solo nos dejó una ruta para recordar, sino también la certeza de que la CL500 puede ir mucho más lejos de lo que su diseño urbano sugiere.
Honda Adventure: una nueva forma de conectar
Más allá del reto y la experiencia, Honda Adventure es una iniciativa de Honda Perú pensada para fortalecer la conexión con sus usuarios y ofrecerles la oportunidad de vivir el espíritu de aventura sobre dos ruedas.
Cada jornada busca crear comunidad, compartir rutas únicas y demostrar el potencial de las motocicletas Honda en distintos terrenos del país.
Aquellos que quieran sumarse a próximas travesías pueden estar pendientes de las redes sociales oficiales de Honda Motos Perú, donde se anunciarán nuevas fechas y destinos.
