Antes de que el rugir de los motores invadiera el aire, ya se sentía que sería un día diferente. Un ambiente de expectativa y decenas de apasionados del motociclismo reunidos por una sola razón: vivir una experiencia Honda como pocas veces se ofrece. Este no era un simple encuentro, sino una cita con la velocidad, la camaradería y el orgullo de pertenecer a una comunidad que crece en cada kilómetro.
La pasión por las motos no se mide solo en kilómetros recorridos, sino en experiencias compartidas. El pasado miércoles 13 de agosto, Honda del Perú ofreció una de esas jornadas que los verdaderos amantes de las dos ruedas atesoran: un track day exclusivo en el Autódromo de La Chutana, diseñado para que sus seguidores vivieran al máximo la emoción y el espíritu de comunidad que caracteriza a la marca.
De San Miguel a San Bartolo
Desde muy temprano, el concesionario Pana San Miguel comenzó a llenarse de rugidos inconfundibles. Motos de todos los estilos y cilindradas —desde las simpáticas y urbanas Honda Navi, perfectas para la ciudad, hasta la imponente y elegante Honda Shadow— fueron tomando posición. La calle se llenó de colores y cromados, mientras los pilotos afinaban detalles, ajustaban cascos y compartían palabras antes de emprender la ruta.
Una larga fila de motocicletas partió en caravana hacia San Bartolo. No importaba la máquina ni la experiencia, todos eran parte de la misma hermandad. Incluso quienes no tenían moto ese día fueron incluidos: Honda dispuso de una movilidad especial para que ningún fanático quedara fuera de la celebración.
La llegada a La Chutana
El circuito esperaba con las puertas abiertas. Honda había preparado un trazado especial para que los asistentes disfrutaran de la pista de forma segura y divertida. La adrenalina comenzó a subir desde el primer vistazo a la recta principal. Allí, el reconocido piloto Renzo Cecchi recibió a los participantes y les dio la bienvenida con una charla técnica. Con su estilo cercano y directo, explicó cómo aprovechar cada curva, cómo encontrar la línea ideal y, sobre todo, cómo disfrutar con seguridad.
Más que velocidad: beneficios y cuidado para la comunidad
La marca no solo buscó ofrecer un momento de diversión, sino también cuidar de quienes confían en ella. Durante la jornada, se realizaron mantenimientos preventivos y cambios de aceite gratuitos para las motos de los asistentes, un gesto que fue muy bien recibido y que reafirmó el compromiso de Honda con su comunidad.
La oportunidad de probar las estrellas de la pista
Uno de los momentos más esperados llegó cuando los participantes pudieron probar en un ambiente controlado algunos de los modelos más destacados de Honda. La ágil CB190R conquistó a quienes buscaban un manejo ligero y deportivo; la CB300 Twister se lució con su equilibrio entre potencia y versatilidad; la NX500 mostró su carácter aventurero, lista para todo tipo de caminos; y la CBR500R deslumbró por su agresividad y diseño de pura sangre deportiva.
Las pruebas no solo permitieron sentir el poder de cada modelo, sino también comparar sensaciones, compartir impresiones y, en muchos casos, alimentar sueños para futuros upgrades.
Una comunidad que se fortalece en cada encuentro
En los boxes y a la sombra de las carpas, la conversación fluyó tan rápido como las motos en la pista. Se intercambiaron anécdotas de rutas, se planearon futuros viajes y se reforzó ese vínculo de hermandad que hace que la comunidad Honda sea tan especial. La experiencia demostró que estos encuentros no son solo para acelerar, sino también para crear amistades y recuerdos.
Revista Mototec acompañó cada momento, capturando imágenes y testimonios que muestran que el motociclismo es mucho más que una afición: es un estilo de vida.