La movilidad eléctrica sigue evolucionando y, con ella, también lo hacen sus formas de entretenimiento y competencia.
Mientras las bicicletas y scooters eléctricos se consolidan como medios urbanos, una nueva máquina empieza a destacar por su velocidad, maniobrabilidad y audacia: el monociclo eléctrico, también conocido como EUC (Electric Unicycle). Lo que comenzó como una curiosidad tecnológica, hoy está abriéndose paso en el mundo de las competencias, dando forma a una disciplina deportiva en pleno crecimiento.
Estas carreras no son convencionales. Los participantes montan sobre una sola rueda, sin manillar ni asiento, dependiendo únicamente de su equilibrio, control corporal y reflejos para avanzar. Las competencias varían en formato y dificultad: algunas se desarrollan en circuitos cerrados de asfalto, otras en escenarios urbanos con obstáculos, y las más exigentes se trasladan a terrenos naturales, donde la tierra, el barro y las pendientes exigen no solo técnica, sino resistencia.
En países como China, cuna de las principales marcas de monociclos eléctricos, las competencias tienen un enfoque más técnico y experimental. Firmas como Begode, Veteran y InMotion organizan eventos donde se ponen a prueba tanto los pilotos como los límites de la máquina. Corea del Sur ha convertido los campus universitarios y espacios públicos en pistas para desafíos urbanos. En Estados Unidos, ciudades como Los Ángeles y Nueva York han albergado carreras espontáneas y torneos organizados por la comunidad, con una fuerte presencia en redes sociales.
Europa tampoco se queda atrás. Francia, Alemania y España cuentan con comunidades activas que realizan encuentros en parques, bosques y rutas suburbanas, combinando la velocidad con la exploración. Muchos de estos eventos están documentados en YouTube, donde riders comparten sus recorridos, entrenamientos y desafíos técnicos. La cultura visual que rodea al EUC ha sido clave para su difusión: los videos en primera persona, las tomas con drones y las cámaras 360 convierten cada carrera en una experiencia inmersiva.
La tecnología detrás de estos monociclos también ha dado un salto importante. Modelos como el Veteran Sherman-S o el InMotion V13 pueden alcanzar velocidades superiores a los 90 km/h, con autonomías que superan los 150 kilómetros. La suspensión, la tracción y el software de control han evolucionado hasta convertir a estos vehículos en verdaderas máquinas de alto rendimiento. Eso sí, la seguridad es prioritaria: casco integral, armadura, rodilleras y guantes son parte del equipo básico que todo competidor debe portar.
En Perú, si bien aún no existen competencias oficiales, sí se percibe un creciente interés por los monociclos eléctricos, especialmente en Lima. La idea de organizar una primera carrera, ya sea en un circuito urbano como el Parque de la Exposición o en rutas más agrestes como las de Pachacámac, podría atraer tanto a aficionados como a marcas interesadas en mostrar sus productos en acción.
Las carreras de monociclos eléctricos aún son una novedad, pero todo indica que estamos frente a una nueva categoría deportiva con gran potencial. Combina tecnología, destreza, velocidad y una fuerte conexión con el entorno urbano y natural.