Un joven adaptó su motocicleta para transportar perros y alimentar a canes en situación de calle, generando esperanza y conciencia en su comunidad.
En Saltillo, México, Daniel Pérez Martínez, de 24 años, ha transformado su pasión por las motocicletas y el amor por los animales en un proyecto lleno de solidaridad. Adaptó su motocicleta Dinamo para ofrecer un servicio único: un “taxi” para perros. Este servicio se dedica a transportar a las mascotas desde sus hogares hasta veterinarias u otros lugares donde necesiten atención.
Daniel no cobra por sus traslados. Solo pide una colaboración simbólica, como gasolina o bolsas de croquetas, que usa para alimentar a perros en situación de calle o que viven en ejidos de la región. “Cuando inicié el proyecto me dije: ‘tengo que hacer algo para seguir pagando la moto y para ayudar a más perritos’. Siempre ando queriendo darles de comer a los perros de la calle”, comparte el joven activista.
El proyecto también tiene un objetivo inspirador: fomentar entre los ciudadanos una mayor empatía hacia los animales abandonados. Daniel cree firmemente que las buenas acciones generan cambios positivos en la sociedad. “Espero que más personas se sumen y hagan algo por los perritos que han sido abandonados o nacieron sin un hogar”, comenta.
Además de transportar mascotas, Daniel recorre ranchos y zonas rurales para alimentar a los perros que han sido abandonados y que, a menudo, pasan semanas sin comer. Gracias a los donativos de la comunidad, ha logrado llegar a más animales necesitados, generando impacto en áreas donde los recursos son escasos.
La respuesta de la gente ha sido positiva. Según Daniel, muchas personas han mostrado su apoyo con donativos y palabras de aliento, motivándolo a seguir adelante con su labor. “Vamos muy bien, la gente me ha recibido muy bien y ha hecho donativos”, asegura.
Con este servicio, Daniel no solo brinda ayuda inmediata, sino que también busca generar conciencia sobre la responsabilidad hacia las mascotas y el cuidado de los animales más vulnerables. “Lo que yo busco es ayudar a más perritos. Los invito a que me escriban y me agenden con tiempo para poder ir a sus casas”, expresa.
El joven espera que su ejemplo motive a más personas a involucrarse en la causa animalista. “Les llevo de comer a los perros que la gente va y abandona en los ranchos, porque son los que más lo necesitan”, concluye, dejando claro que su misión es mucho más que un simple traslado: es un acto de amor y esperanza.