Una carrera con bandera roja, un podio inesperado y un campeón que empieza a flaquear: así se vivió una de las fechas más intensas del campeonato.
La séptima fecha del MotoGP 2025 fue una locura total. Silverstone nos regaló uno de los fines de semana más movidos de la temporada: Alex Márquez ganó el sprint del sábado, pero el domingo todo se descontroló con una doble caída de los hermanos Márquez antes de la tercera vuelta. Y el que aprovechó fue Marco Bezzecchi, que se llevó una victoria que pocos veían venir.
Marc Márquez sigue en la cima del Mundial de Pilotos, pero no por mucho. Aunque terminó tercero en la carrera larga, su liderato empieza a temblar. Ya no domina como en las primeras fechas, y su caída del domingo —aunque sin consecuencias— es una alerta. Tiene 196 puntos, pero su hermano Álex no se le despega: está a solo 24 puntos.
Bezzecchi, el inesperado protagonista del GP de Gran Bretaña. El piloto italiano aprovechó el reinicio tras la bandera roja y puso en práctica una carrera impecable. Ni Zarco ni Márquez pudieron detenerlo. Su victoria lo relanza en la pelea por los puestos altos, y deja claro que esta temporada todavía tiene sorpresas guardadas.
Pecco Bagnaia, el campeón que no encuentra el rumbo. Sexto en el sprint, caído en la carrera principal. Su 2025 viene a los tumbos y cada fin de semana pierde más terreno. Si sigue así, se despide del título antes de octubre. Silverstone solo confirmó que el número 1 no basta para estar arriba.
Ducati, el gran monstruo del campeonato. A pesar de los golpes individuales, la marca italiana sigue aplastando en la tabla de constructores. Con 245 puntos, le saca 135 a Honda. Es un mundo de diferencia. Y en el campeonato por equipos, el Ducati oficial también va sobrado: +103 sobre Gresini.
¿Qué sigue? El campeonato está al rojo vivo. A Marc le pisan los talones, Bezzecchi se mete en la conversación y Pecco se complica más. La lucha por el título se va poniendo más salvaje, y cualquier error, como el de los Márquez, puede costar caro.
Silverstone fue un punto de quiebre. No solo por la bandera roja o los accidentes. Fue una carrera que demostró que nada está dicho, que cualquier cosa puede pasar.