Los neumáticos de moto no se gastan de forma regular: la parte central del trasero y las laterales del delantero sufren más. Para compensarlo se usan neumáticos con varios compuestos de goma.
En el uso normal de una moto, es habitual que el neumático trasero se desgaste más en su parte central y el delantero por las laterales. El neumático trasero “trabaja” mucho en su parte central, con la moto vertical: en cada arrancada y haciendo kilómetros por carretera o vías rápidas. El neumático delantero trabaja cuando entramos en curva y mantenemos la trayectoria inclinada, en apoyo. La parte lateral del trasero solo trabaja en circuito o con muchas curvas, si aceleramos fuerte, y la central del delantero al frenar.
Ese desgaste irregular acaba afectando al perfil de los neumáticos y al comportamiento de la moto: un trasero plano la hace menos estable, y un delantero escalonado, más torpe. Es curioso como en un coche estos efectos son impercetibles y en una moto muy notables: algo parecido a lo que ocurre con las presiones de hinchado y su relación tan directa en el comportamiento, en moto.

Para evitar ese efecto, o minimizar cómo el desgaste irregular acaba afectando al comportamiento y nos obliga a cambiar de neumáticos antes de hora, existen los neumáticos multicompuesto. Estos usan una goma algo más dura en la parte central del neumático trasero (rectas) y más blanda en los laterales (curvas). Delante, depende de la solución elegida pero la idea es usar un compuesto (y dibujo) central optimizado para hacer kilómetros sin perder eficacia en frenadas, y laterales de buen agarre y buen tacto: los flancos del neumático delantero son claves para las sensaciones que llegan al manillar y al piloto.
