Marc Márquez le enseña al futbolista Joaquín Sánchez a montar moto en Jerez

Juntar al futbolista Joaquín Sánchez y a Marc Márquez en el Circuito de Jerez fue una de las ideas que en principio podrían parecer despampanantes, pero que se acabó convirtiendo en todo un ejercicio de nerviosismo y un vehemente reto cargado de emoción y hasta alguna lagrimilla suelta para el jugador del Betis, que sacó a relucir su lado más emocionante.

Los dos fueron los protagonistas de la última entrega del programa de Antena 3, ‘El Novato’, que presenta el propio Joaquín Sánchez y en el que desplazaron a parte del equipo de HRC hasta el Circuito de Jerez Ángel Nieto para subir al popular jugador del Betis a la Honda-RC213V-S con un instructor de lujo.

El nerviosismo de Joaquín se palpaba detrás de las cámaras. Acostumbrados a verlo siempre sonriendo y haciendo sorna de las situaciones, esta vez era Marc Márquez el que asumía ese papel, en su entorno natural, el box del Repsol Honda Team. “Ahora ya se acaba el juego, ahora estás serio ya”, le dice Marc a Joaquín mientras se sube a la moto en el minuto 1:15. “Madre mía”, le replica el futbolista, escaso de aire y palabras en ese instante.

No escatimaron en gastos, llevando hasta el circuito la Honda RC213V-S de Marc, un modelo comercial desarrollado por Honda a la que algunos llaman la “MotoGP de calle”, por sus cambios justos y necesarios para permitir su circulación por vía pública. Y Joaquín, vestido de piloto al completo: mono, guantes, casco personalizado. “Ni en sueños me podía imaginar yo estar así”, decía con la voz entrecortada en el minuto 1:25, a punto de derrumbarse.

Motos listas y a la pista. El primero en salir era Joaquín, escoltado por Marc. Cabe destacar que era su primera vez sobre una moto… Y sobre qué bicho, una MotoGP de calle. Estaba nervioso en el ejercicio de volar, pero sobre una moto y en tierra. Los semáforos se apagan y en el 2:10 empieza la acción.

Lo cierto es que no se le dio nada mal montar en moto para ser su primera vez, y tratarse de semejante bestia. En la salida no parece hacerlo nada mal, aunque con cautela en las dos primeras curvas, la Expo ’92 y la Michelin, dos de las más peligrosas del trazado en el que más pilotos se suelen ir al suelo. Sin embargo, al tomar la segunda de las tandas en el 2:20, casi se va hasta la gravilla.

“En las curvas me he visto fatal, es que es muy difícil”, admitía. Lo cierto es que a medida que iba dando vueltas, se iba soltando más y más: rodilla fuera, despegaba y se descolgaba levemente del asiento… Incluso le dio gas hasta los 187 km/h en la recta más larga.

Lo más emocionante fue cuando regresaron al box, y Marc le regaló todo el equipaje. “Ha sido de las experiencias más bonitas de mi vida, qué locura, estoy hasta emocionado”. Es entonces cuando se queda sin palabras, literalmente, y se funden en un abrazo.

Fuente: motorpasionmoto.com