Producto de la pandemia se establecieron restricciones para el uso del transporte urbano con la finalidad de evitar los contagios entre los usuarios. Esto generó que las personas opten por otros medios de movilización, entre ellos las bicicletas, scooter y las motos lineales.
En el caso de estas últimas también hubo una mayor demanda debido a que muchos las adquirieron para brindar el servicio de delivery, un rubro que también se vio incentivado por la aparición del virus.
Sin embargo, este vehículo ha sido objeto de cuestionamientos debido a que ha sido y es utilizado en innumerables hechos delictivos, en su mayoría robos y sicariato.
Por otra parte el club Highway rebels MG, integrada por alrededor de 30 miembros, entre oficiales y aspirantes, hicieron un recorrido desde Lurín hacia el sur.
“El motociclista siempre es mal visto, pero nos estamos organizando para que eso cambie”, dice uno de los miembros de Highway rebels, quien cuenta que, además, el grupo desarrolla labores de apoyo social.
Asimismo, indicó que algunas propuestas como prohibir que dos personas vayan en una sola moto o que los conductores lleven sus placas visibles en los chalecos, es una forma de discriminación.
Ellos buscan hacer desaparecer la mala imagen que existe contra los motociclistas, no solo asociarlos a la criminalidad, sino también a la falta de respeto por las normas de tránsito. Esperan que las actividades que realizan puedan lograr un cambio en ese sentido.