No todos los cascos son iguales. Usar uno certificado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en un accidente.
El uso del casco es una de las principales medidas de seguridad para los motociclistas, pero aún existen muchos mitos sobre su eficacia, certificaciones y obligatoriedad. Mientras algunos creen que cualquier casco protege, las estadísticas demuestran que solo los certificados cumplen con los estándares de seguridad necesarios para reducir el riesgo de lesiones graves en caso de accidente.
En Perú, la normativa exige el uso de cascos homologados, pero muchos motociclistas aún optan por modelos de baja calidad, sin certificaciones reconocidas como DOT, ECE o Snell. Estos cascos pueden parecer resistentes, pero no han pasado las pruebas necesarias para absorber impactos de manera efectiva, dejando a los usuarios vulnerables en caso de caída.
Uno de los mitos más comunes es que los cascos certificados son más pesados e incómodos. En realidad, las certificaciones garantizan no solo la resistencia al impacto, sino también el confort y ventilación adecuados. Los materiales utilizados, como fibra de carbono o policarbonato avanzado, permiten una combinación óptima de seguridad y comodidad, evitando fatiga en viajes largos.
También se cree que un casco caro siempre es mejor. Sin embargo, el precio no es el único factor a considerar. Un casco certificado de gama media puede ofrecer la misma protección que uno de alta gama si cumple con los estándares adecuados. Lo importante es revisar la etiqueta de certificación y asegurarse de que el casco se ajuste bien a la cabeza del usuario.
Otro error frecuente es pensar que un casco con visera oscura o de diseño llamativo es menos seguro. Lo cierto es que la seguridad depende del tipo de certificación y no de la apariencia. Algunos cascos permiten cambiar la visera por una clara para la noche, sin comprometer la protección.
Finalmente, está el mito de que los cascos certificados son innecesarios para distancias cortas. Las estadísticas indican que la mayoría de accidentes ocurren en trayectos cortos dentro de la ciudad, por lo que es crucial usar siempre un casco certificado sin importar la distancia a recorrer.
El casco es la primera línea de defensa de un motociclista. Más allá de ser un requisito legal, es una inversión en seguridad personal. Elegir un casco certificado puede marcar la diferencia entre una caída sin consecuencias y una lesión grave.