Motociclista alzan su voz en una protesta contra la estigmatización y las medidas restrictivas
El pasado jueves 21 de noviembre, la Plaza a la Bandera en Pueblo Libre se convirtió en el epicentro de una protesta nacional liderada por motociclistas. Bajo el lema “Somos motociclistas, no somos delincuentes”, cientos de moteros provenientes de Lima y diferentes provincias se reunieron para expresar su rechazo a la medida que busca prohibir la circulación de dos personas en una moto, una restricción que consideran injusta y discriminatoria.
Mónica Tello, alcaldesa de Pueblo Libre, se sumó a las voces de los manifestantes. La autoridad expresó su desacuerdo con la prohibición, argumentando que el verdadero enfoque debería estar en reforzar los operativos policiales y promover un trabajo conjunto con la Policía Nacional del Perú. Tello dejó claro que combatir la delincuencia requiere medidas integrales y no generalizaciones que afecten a los ciudadanos que dependen de las motos para movilizarse y trabajar.
Los manifestantes señalaron que la medida no solo los afecta directamente, sino que también perpetúa prejuicios sociales que asocian injustamente a los motociclistas con la delincuencia. Pancartas con frases como “No a la estigmatización” y “No a la discriminación” dominaron la protesta, dejando en claro su objetivo de cambiar estas percepciones erróneas.
La protesta sirvió como un llamado de atención a las autoridades y a la población en general. Los motociclistas argumentan que las restricciones propuestas no solo vulneran sus derechos, sino que también ignoran la importancia de las motos como medio de transporte, herramienta de trabajo y opción recreativa para miles de peruanos.
Además, la concentración buscó generar un espacio de reflexión sobre las narrativas políticas que afectan injustamente a ciertos colectivos. Según los moteros, medidas como estas fomentan la exclusión en lugar de promover la seguridad y el bienestar ciudadano.
Las asociaciones convocantes recalcaron que esta manifestación no es un acto de confrontación, sino una invitación a dialogar y encontrar soluciones reales y efectivas para los problemas de seguridad. Los moteros piden que las autoridades adopten un enfoque más equitativo y basado en evidencia, evitando la estigmatización de quienes usan este medio de transporte.
Este acto de unión y resistencia deja un mensaje claro: los motociclistas no son enemigos de la sociedad, sino ciudadanos que merecen respeto y consideración en las políticas públicas.